José Velásquez, el patrón del mediocampo

Cuando se habla de caudillos en el fútbol peruano, aparecen varios nombres con nitidez. En cada selección siempre hubo un hombre que tomaba el liderazgo del grupo, en los representativos de los ochentas, José Velásquez Castillo se encumbró como la figura que asumió esa representatividad. Y es que Velásquez tuvo presencia, mando y temperamento para expresar su juego dentro y fuera de los gramados. Era un verdadero «patrón del mediocampo».

Su cartel comienza a crecer en la selección de 1978 que va al Mundial de Argentina. Ese torneo le sirvió de vitrina para que Velásquez tomara rumbo al extranjero. Cuatro años más tarde, llegó Tim para entrenar al representativo premundialista España 82. El brasileño encontró un material humano «de entre casa», muy limitado, pero luego de ver varios videos de los cracks que estaban en el extranjero, el querido viejo quedó impresionado por el juego de José y dijo: «Con éste negro llegamos al Mundial».

Y Tim no se equivocó. Velásquez fue uno de los pilares sobre los que giró su equipo. Primero frente a Colombia en Bogotá, donde se empató 1-1 y luego en el partido crucial que se jugó en el Centenario ante Uruguay. Esa tarde, Velásquez estuvo inmenso. No solamente impuso su juego sino que además les «paró el macho» a los uruguayos.

Un jugador lleno de virtudes, con talento para tocar la pelota, mucha fuerza en los cabezazos y temple para poner pierna. Aunque debemos decir, que al principio tal vez exageraba un poco en la reciedumbe de sus jugadas. Y es que era de esos jugadores «picones», que no le gustaba perder ni en amistosos.

TRAYECTORIA:

Su carrera con la blanquiazul comenzó en 1970, a la edad de 17 años. Fue campeón en 1975 y posteriormente dobletea en 1977-78. En 1979 viaja a Colombia para jugar por el Deportivo Independiente de Medellín. En 1981 juega en el Toronto Blizzard de Canadá, el 1982 regresa al Medellín, luego a Alianza Lima la temporada 1983-84 para emigrar de nuevo, esta vez al Hércules de España en 1984-85. Luego, el fútbol venezolano se deleita con su juego y donde además, Velásquez también incursiona como entrenador.

¿SABÍAN QUÉ…?

  • José Velásquez fue el autor del gol más rápido de Perú en los mundiales, de cabeza contra Irán a los dos minutos de juego en el Mundial 1978.
  • En 1980, José Velásquez recibió 150,000 dólares en la mano para ingresar al Independiente de Medellín. Luego, Panamericana Televisión tuvo que reembolsar una fuerte suma para traerlo de vuelta junto a Cueto y La Rosa.
  • José Velásquez fue uno de los primeros futbolistas «metrosexuales» en el Perú. Solía utilizar espectaculares aretes con rubíes, por eso el sobrenombre de «gitano» o simplemente «el hombre del arete». También impuso su peinado «african look» (no quisieran haberse sentado detras de él en el cine), con barbilla y patillas largas junto a otros jugadores como «Patrulla» Barbadillo, «Caíco» Gonzáles Ganoza y Jorge Olaechea.
  • Durante los años 80 José se convirtió en un verdadero «cuco» de los jugadores colombianos y uruguayos. Un diario colombiano escribió que los defensas de solo verlo se asustaban.

«En este momento, más allá del Perú equipo, que jugó como jugaron siempre los grandes conjuntos uruguayos, ese accionar que a nosotros nos impactó en los dos partidos que le habíamos visto en El Campín de Bogotá y en el Estadio Nacional de Lima, me quedo con un jugador que ya había ingresado -en un sólo partido- en mi galería de grandes de todos los tiempos. Cuando Tim nos lo presentó en el Hotel Country Club antes del partido revancha con Colombia, le dije: «Usted debe ser uno de los más grandes volantes que he visto jamás». Y envié una nota que publicó «El Día» con este título: «El patrón vino de Canadá». Ayer creo que todos habrán coincidido que este José Velásquez, de 29 años, fue el cabal patrón del ganador. Un fenómeno con todos los matices: marca, firmeza, la cuota de ilicitud imprescindible, la aspereza necesaria, y siempre con la cabeza levantada, y siempre también con la cuota de aire para recorrer toda la cancha, de extremo a extremo, como si estuviera en un living, en un espacio reducido. Un fenómeno que también ustedes ayer pudieron comprobar, y uno de los más notables volantes que pueda haber dado el fútbol en todos los tiempos».

(Emilio Laferranderie «El Veco», publicado en «El Día» de Montevideo, 24 de agosto de 1981).

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